jueves, 13 de diciembre de 2012

Describir (que no escribir)

Cuando las ideas brillan, pero por su ausencia.

Cuando buscas y nada encuentras.

Cuando comienzas, pero nunca acabas.

Cuando tu bombilla no se ilumina porque le han cortado uno de los cables. Y, ¡ojo! Siempre es el rojo...

Cuando las musas te abandonan con un rotundo "no es por mí, es por ti". ¿Y qué le vas a hacer?

Cuando increíblemente lo escrito carece de palabras ( y la carencia de palabras es la nada)

Cuando los verbos "ser" y "estar" ni son, ni están.

El día en que tu imaginación, en un arrebato de vértigo se corta las alas para así no volar.

¿Y si tu propio cerebro se fuga? Quizás a otro país o planeta...

Cuando la inspiración no respira, porque ni inspira ni expira...

Cuando intentas ir tan hacia el infinito y más allá, que te quedas en el mismo lugar en que tienes los pies plantados.

Cuando los verbos no conjugan, ni las personas quieren ser sujetos, ni poner en marcha predicados varios.

Cuando pasa todo ello, es momento de volver al lugar de donde ERES (que no siempre es donde ESTÁS) y comenzar a describir (que no a escribir) aquello que sientes.








(Gracias a A)

viernes, 26 de octubre de 2012

Otoño se escribe con tres "o"


Pongámonos en la situación de que las estaciones del año fueran hijos de un matrimonio (bien avenido) que en una demostración de amor a la humanidad decidió dejar 4 hijos totalmente diferentes. 


Bueno, pues si seguimos imaginando, llegaríamos a la conclusión que Invierno (hijo mayor) aunque un poco frio, lleva consigo la capacidad de hacer del frio una virtud, eso sí, si está acompañado de una buena taza de chocolate caliente, una estufa y buena compañía (¡y que venga lo que tenga que venir!). Primavera, la hermana guapa, aquella que resalta por encima de todos. Ella es el aire fresco pero agradable de la familia. Verano es la más desinhibida. Disfruta de la vida y es por esa razón que es el ojito derecho de algunos de la familia. Otoño, sin embargo, sería aquel hijo que está en medio, que “ni fu ni fa”, aquel que nunca estrena porque tiene hermanos mayores y aquel que por no ser hijo pequeño no cuenta con “ventajas”.
Otoño seria aquel hijo que pasa desapercibido, "siempre vistiendo colores apagados" (le diría su madre) aquel hijo que es “demasiado serio, prudente, melancólico y frágil” (Le reprocharía su padre)

Pero Otoño…Otoño es y quiera estar,
aunque sabe que no gusta a mucha gente.
Le asocian con la tristeza, la rutina, las lluvias torrenciales, y eso como podéis imaginar no gusta. Pero en el fondo, Otoño sabe que es muy hermoso y cuando nadie le ve, le gusta crear música haciendo caer las hojas. Y luego, cuando éstas llegan al suelo, pinta una alfombra de tonalidades naranjas y marrones infinitas en el suelo grisáceo. Desnuda a los árboles lentamente…muy lentamente, para que cada segundo sea importante para el desnudo final -como aquellas películas de antaño que tanto le gusta ver en las noches de lluvia-. Le encanta la lluvia porque dice que “limpia y depura” y que es una buena excusa para compartir paraguas con alguien y así romper con la rutina “individualista”. Además su broche final es una buena brisa que enfríe los dedos mientras pasea con su bici.
Otoño es más persona de lo que creemos, Otoño es el típico amigo que no tiene éxito en su lugar de origen, pero que en otro país, hace las delicias de cámaras de fotos con sus colores otoñales, del tacto por chaquetas nuevas suaves, del gusto de un buen tazón de “algo” caliente e incluso del olfato con el olor a lluvia reciente.
Yo soy muy Otoño, me gusta, porque hoy por hoy y en el lugar donde me encuentro, Otoño crea maravillas que hacen que se despierten todos los sentidos.




miércoles, 26 de septiembre de 2012

Observando un día observé..tus ojos


Los ojos que buscan otros ojos,los ojos como canicas o como platos,los ojos de un caracol,ojos marrones,marrones,marrones,marrones,verdes,marrones,azules... los ojos con arrugas,ojos con lagañas,ojos de enamorados (típico),ojos con lágrimas y ojos que nunca lloran,ojos de sorpresa , de tristeza, decepción o también de alegría,los ojos para ver,los ojos para sentir,los ojos que dicen la verdad y los que mienten,los ojos bizcos,ojos con gafas o con lentillas,ojos que ven,ojos que se hablan ¡y se entienden!,los ojos segundos antes de despegar el avión,ojos cerrados para soplar velas y para pedir deseos (y así concentrar todo el esfuerzo),ojos que muestran,comer por los ojos,ojo! Exclamativo,ojo que guiñas y los que no pueden guiñar el ojo,ojos que leen,ojos que se cierran,ojos que ven cosas invisibles,ojos que han visto demasiado,ojos pintados,ojos que imaginan,ojos que desnudan, otros que visten y aquellos que espían,ojos asiáticos,ojo por ojo,ojos que miran pero no observan,ojos de cristal y ojos claros como el cristal,ojos grandes,ojos con ojeras y ojeras que tienen ojos,ojos  de cine,ojos que matan,ojos con un universo dentro (yo los he visto),los ojos de Carmen Selma,ojos separados en la distancia,cejas con ojos incorporados,ojos en pleno MOR (REM), ojos de fotógrafo,ojos que nunca podrán ver(te),ojos que parpadean 20 veces por minuto,ojos daltónicos,ojos que se cierran al estornudar,ojos que miran hacia arriba para recodar y hacia abajo para pedir perdón,ojos que se esfuerzan para ver bien y ojos vagos de tanto ver,mirar a los ojos,

tus ojos

-ojeadas de una humilde observadora-

viernes, 31 de agosto de 2012

El Septiembre de siempre


Para mí Septiembre es más Enero que el propio Enero.
 En el primer mes de año no se comienzan tantas cosas como en Septiembre, incluso me atrevo a decir, que he tenido más propósitos “de año nuevo” un 31 de Agosto que un 31 de Diciembre.
Septiembre llega sin decir nada, escondido entre el calor de Agosto y la sensación de rutina de Octubre. Septiembre es exigente (demasiado) ¿quién o qué nos hace volvernos de lugares en los que estamos disfrutando? ¿Qué o quién nos obliga a volver a la rutina?
No hay consuelo a la hora de volver a vivir un Septiembre y eso es así y lo sabemos todos. Pero me parecería una desfachatez criticar a un mes que nos aporta la “rentrée” -el mismo concepto de “volver a empezar” pero que suena mejor-. Un mes en el que gracias a  las grandes colecciones de fascículos (las de hoy, las de siempre) podemos emprender  nuevos hobbies. Un mes en el que aún podemos disfrutar de la arena (al menos la que nos queda en los bolsillos de las bolsas de playa)
Una vez para la universidad tuve que leer “Henry the IV” (abstengo resumen y comentarios, pero es altamente recomendado) En esa obra, hay un monólogo que me parece la mejor manera de enfrentarnos a un mes tan “poco amigable”
porque…quizá sino existiera la desgana del comienzo de Septiembre, no valoraríamos la alegría de las siguiente vacaciones.

" I know you all, and will awhile uphold
The unyoked humour of your idleness:
Yet herein will I imitate the sun, 
Who doth permit the base contagious clouds
To smother up his beauty from the world,
That, when he please again to be himself,
Being wanted, he may be more wonder'd at,
By breaking through the foul and ugly mists
Of vapours that did seem to strangle him.
If all the year were playing holidays,To sport would be as tedious as to work;
But when they seldom come, they wish'd for come,
And nothing pleaseth but rare accidents. 
So, when this loose behavior I throw off
And pay the debt I never promised,
By how much better than my word I am,
By so much shall I falsify men's hopes;
And like bright metal on a sullen ground, 
My reformation, glittering o'er my fault,
Shall show more goodly and attract more eyes
Than that which hath no foil to set it off.
I'll so offend, to make offence a skill;
Redeeming time when men think least I will."
                                                                          Act I


¡disfruten de Shakespeare y bonne rentrée!


viernes, 24 de agosto de 2012

Aquí y allí


Vivimos en unos tiempos donde las distancias físicas entre personas son menos distancia.
 Aquello que antes se recorría en días, ahora se recorre en una duración de una revista o una sencilla playlist

Pero por mucho que la distancia sea corta, el decir adiós a tu gente sigue siendo igual de difícil. Y es que, hay cosas que aquellos que tenemos algo de analógicos (afortunadamente) no podemos evitar: el  echar de menos. Se podrán tener todo tipo de "instrumentos" para sentir a tu gente cerca, pero, sinceramente, creo que el hecho de echar de menos nos haces más humano...
...y a mí eso me gusta.



Cambio y corto desde aquí,
la próxima ver será desde allí;
que no es aquí pero como si lo fuera.


viernes, 10 de agosto de 2012

Página número Uno

Mentira,
 las bicicletas no son para el verano. De hecho, pocas cosas son para los días calurosos de Agosto. Ni si quiera el verbo "salir" se puede utilizar en días como hoy, si no se utiliza con una negación por delante “no salir de la piscina" o "no salir de casa"

Quizá los limites que nos pone este calor, hacen que me considere una persona de invierno, pues ¿no es uno más feliz cuando se acurruca entre bufanda y chaqueta? o ¿no se aprecian más (y mejor) los abrazos cuando a parte de cariño te quitan el frío?

En días como hoy, no se pueden plantar árboles (normas de gente experta en la materia), tener un niño no es factible (y tendría que haberme puesto hace 9 meses) y escribir un libro...
 De las tres cosas que se deben hacer en la vida, me quedo con lo último, que aunque suponga esfuerzo, no supone sudor (aunque mental sí)


Acomódese, aquí empieza mi primera página.